Este edificio noveldense fue en sus orígenes una mansión unifamiliar de la alta burguesía ; se construyó entre los años 1900 y 1903, esta considerado como un excelente ejemplo de arquitectura ecléctico-modernista.La ornamentación exterior, fundamentalmente la de la fachada principal, incluye elementos extraídos del Arte Antiguo y retomados en el la Edad Moderna, pero también se alternan con otros procedentes del Nuevo Estilo.
La pintura, en sus distintas manifestaciones técnicas, contribuye a lograr todo un decorativo y cromático en el interior modernista. Aquí pueden admirarse cenefas de exquisito diseño floral
Art Nouveau, que recogen paredes y techos, un oleo sobre lienzo en el techo del salón, pero sobre todo destaca un conjunto de pinturas sobre tejido, a modo de tapices, que recubren por completo las paredes del comedor. El recorrido de estas pinturas se transforma en un viaje idílico cuyo tema principal es la mujer inmersa en la naturaleza. La imagen arquitectónica de
Art Nouveau busca la obtención de efectos visuales sorprendentes, merced a la amplia utilización de la linea curva, así como también a múltiples secuencias de planos. En este sentido, la Casa-Museo Modernista proporciona dos ejemplos singulares: el desarrollo ascendente de la escalera en espiral, que desde el pilar de arranque junto al vestíbulo parece alcanzar la bóveda del techo, y la reiteración de planos que compartimentan el espacio a lo largo del eje horizontal que se inicia con la puerta-cancela, y finaliza con la puerta de esplendido diseño Art Nouveau, que comunica con el patio. En su conjunto, el interior de la casa-museo responde plenamente al programa de unificación de todas las artes, principio básico del Art Nouveau, y que incluye una producción muy variada de obras artísticas realizadas con distintos materiales: madera, metal, vidrio, estuco, etc... Y así, en el arte de la madera sobresalen los parqués, arrimaderos, mobiliario, la galería del vestíbulo y los esplendidos conjuntos del despacho y el comedor. En el trabajo del metal, ademas de los hierros en las ventanas y balcones, destaca la puerta cancela y la balaustrada de la escalera. Igualmente, los detalles tanto en bronce como en latón aparecen aquí muy cuidados. En cuanto al vidrio destacan las bóvedas y cristales decorados de la galería, comedor y puertas de las habitaciones que comunican con el salón. Se conservan suelos mosaicos hidráulicos, estucos policromados y numerosos objetos adicionales que imprimen a la Casa-Museo su carácter único.
Art Nouveau, que recogen paredes y techos, un oleo sobre lienzo en el techo del salón, pero sobre todo destaca un conjunto de pinturas sobre tejido, a modo de tapices, que recubren por completo las paredes del comedor. El recorrido de estas pinturas se transforma en un viaje idílico cuyo tema principal es la mujer inmersa en la naturaleza. La imagen arquitectónica de